
El caso es que nos dio tiempo a llegar, desenfundar, lanzar, echar un pito y salir por patas por que ya esta clarisimo que iba a caer la del pulpo. por lo que a las 19:30 estábamos con el chiringuito recogido y de camino al coche.
Reflexionando un poco sobre el tema, creo que con el pronostico del tiempo que ya sabíamos, no deberíamos haber comprado casi cebo y tendríamos que habernos hecho un hueco en el dique del puerto, pero las ganas de echar las cañas al agua y la ilusión de sacar algún pez nos movió a echar ha andar a lo que fines de semana anteriores nos había resultado. Menos mal que como dijo Pedro no pescamos ni un resfriado, que era lo mas probable por que hay no había ni un pez. Estoy seguro que esto nos va a valer de experiencia, para otros días que seguro que los habrán.